viernes, 29 de marzo de 2013

Procesion Santisima Virgen de Dolores de Cobán

Solemne Procesión de Santo Entierro de la Venerada Imagen del Cristo Yacente de la Exaltación y Coronada Imagen de la Santísima Virgen de Dolores
Santa Iglesia Catedral
Cobán
Alta Verapaz
29 de Marzo de 2013


Alegoría Procesional

Fundamento Bíblico

“Dichosa tu que creíste”

Reflexión

Los labios de Isabel proclaman dichosa a María y expresan su felicitación: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” y “Dichosa tú que has creído que se cumplirá lo que dice el Señor”.

Esa alegría desbordante, que va desde el interior del espíritu hasta la conmoción entusiasta del organismo humano, no está supeditada meramente a la vivencia de circunstancias favorables y halagüeñas de la vida, sino que es un don de la fe para afrontar también las dificultades, especialmente las asociadas a una vida de testimonio profético. Es la dicha propia de los que sufren algún tipo de tribulación por la causa de Jesús, y experimentan la exclusión, la difamación y el rechazo por ser fieles a los valores del Reino de Dios (Cf. Lc 6,23).  Con la alegría de María y de Isabel, que es la alegría de los pobres y de los que esperan en Dios, vivamos, porque el Espíritu del amor y de la verdad quiere generar en cada ser humano un corazón nuevo dispuesto para el Reino de Dios y su justicia. La esperanza en Dios y en su palabra es fuente inagotable de alegría verdadera.

De la vida aprendemos que la espera de alguien querido es ya una fiesta pues el corazón humano se estremece y se ilusiona acariciando la presencia cercana de un amor. Esperar a alguien es ya una gozada, porque es anticipar el encuentro. Ponerse en camino es estar llegando y esperar es estar vibrando, de modo que la alegría es el espíritu propio de la espera, es el gozo contenido cuyas chispas brillarán en lágrimas de emoción. Pero sólo habrá alegría auténtica si a quien esperamos es al que se acerca a los pobres e indefensos anunciando la Buena Noticia y rehabilitando a los marginados y desheredados de esta tierra.

Meditación

Este camino de la fe, como discípula de Cristo, está marcado desde el principio por el signo de la espada anunciada por Simeón y que, a lo largo de su vida, traspasará su alma. Todas las escenas que nos trasmiten los evangelios están marcadas por este signo de la espada. Es cierto que Jesús le ha estado sometido por treinta años (U 2,51). Pero Jesús ha llevado a su madre desde la relación física con Él a una relación en la fe.

Lo importante es la fe en Él como Palabra de Dios hecha carne. Jesús, con sus bruscas respuestas irá cortando los lazos carnales, para llevar a su madre a una fe totalmente abierta al plan de Dios, su Padre, el único que cuenta, aunque José y María "no lo comprendan" (Le 2,50). Es la "hora" fijada por el Padre la que Él espera para manifestarse y no la de María: "¿Qué tengo que ver yo contigo, mujer?" (Jn 2,4). Sólo su fe, que la lleva a decir: "haced lo que Él os diga", obtiene una anticipación simbólica de la hora de la salvación en la cruz.

Conclusión

En el prefacio de "La Bienaventurada Virgen María, linaje escogido de Israel", la Iglesia canta: En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo: Que en la Bienaventurada Virgen María pusiste fin y coronamiento a Israel y diste inicio a la Iglesia, para hacer patente a todos los pueblos que la salvación viene de Israel, que tu nueva familia brota de un tronco sagrado.

Pues, María, por su condición, es la hija de Adán que, por su inocencia, reparó la culpa de la madre; ella, por la fe, es del linaje de Abraham, porque, creyendo, concibió en su seno virginal; ella, por la estirpe, es del tronco y de la raíz de Jesé, de la que brotó, cual bella flor, Jesucristo, Señor nuestro.

Solemne Salida

Durante el Recorrido

El Estandarte

En Horas de la Noche

Solemne Entrada

Devota de la Santísima Virgen

Detalle del Adorno

Santísima Virgen de Dolores
Reina y Madre de la Divina Gracia
Reportaje Por:
Aldo Ventura

Ver Primera Parte:
Señor Sepultado

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