Miércoles Santo
Solemne Velación de la Consagrada Imagen del Señor Sepultado
Parroquia Nuestra Señora de los Remedios
“La Escuela de Cristo”
La Antigua Guatemala
Sacatepéquez
20 de Abril de 2011
¡Cayó, cayó la gran Babilonia!
Base Bíblica
Apocalipsis de San Juan 18, 1-10
Entonces vino uno de los siete ángeles de las siete copas, y me dijo, "Ven te voy a mostrar el juicio de la famosa prostituta que se sienta al borde de las grandes aguas; con ella pecaron los reyes de la tierra y los habitantes de la tierra se emborracharon con el vino de su idolatría... Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel. Era tan grande se poder, que toda la tierra quedo iluminada por resplandor. Grito una voz potente: ¡Cayó, Cayó la Gran Babilonia! Se ha convertido en guarida de demonios, en refugio de espíritus inmundos, en nido de aves impuras y asquerosas; porque el vino de su prostitución ha emborrachado todas las naciones; los reyes de la tierra pecaron con ella y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con ella, pues era buena para gastar. Oír otra voz que venia del cielo decía: "Aléjate de ella pueblo mío, no sea que te hagas cómplice de su maldad y tengas que compartir sus castigos; porque sus pecados se han apilado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades. Devuélvanle según ella ha dado, páguenlo el doble de lo que ha hecho, viértanle doble medida de lo que ella daba de beber.
Descripción del Decorado
Todo el conjunto enmarca la destrucción de la Gran Babilonia, en la parte inferior observamos la imagen del apóstol San Juan como visionario del Apocalipsis. Luego en un terreno derrumbado destruido por el pecado; entre ruinas y escombros el pueblo castigado por Dios haciéndose cumplir su palabra. Al centro una nube de la que desciende el ángel derramando la copa como castigo ante la Babilonia y portando en la otra mano una balanza, símbolo de justicia; a continuación la Consagrada Imagen del Señor Sepultado, príncipe de la paz y sol de justicia Divina, despojado de sus vestiduras mostrándonos su cuerpo lacerado, ya que con su dolor soportó el castigo que nos trae la paz; siendo transmisor El del Cielo Prometido; sobre una nube que emana rayos que caen sobre la gran Babilonia simbolizando la distribución de su Divinidad.
En la parte superior otro seis ángeles que por la magnitud de la destrucción se cubren el rostro con sus propias manos, cada uno con las copas apocalípticas, y en lo mas alto del terreno celestial luciendo imponente la ciudad Santa, la Nueva Jerusalén como una novia que viste para su boda, rebosante de gloria; como la tierra que nos tiene prometida nuestro Señor para los que cumplimos sus mandamientos a cabalidad de la ley y en su total plenitud; dejándonos como enseñanza este paisaje bíblico la existencia de la justicia divina y que debemos someternos a la voluntad de nuestro Padre Celestial, plasmado en el altar de Velación.
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