sábado, 27 de marzo de 2010

Procesión Jesús Nazareno de la Serena Mirada

Viernes de Dolores

Solemne Procesión Jesús Nazareno de la Serena Mirada

Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe

“La Villa”

Zona 10

Guatemala

26 de marzo de 2010



Alegoría del Andas Procesional

“Tu fe te ha salvado, vete y no peques más” (Lc. 7, 36-48)


Mensaje:

Un fariseo le rogó que comiera con él, y , entrando a la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume. Al verlo el fariseo que lo había invitado se decía para sí: “Si éste fuera Profeta, sabrían quién y qué clase de mujer lo está tocando, pues es una pecadora.”


Jesús le respondió: “Simón, tengo algo que decirte”. Él dijo: “Di Maestro”. Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más? Respondió Simón: “Supongo que aquel a quien perdonó más”. El le dijo: “Haz juzgado bien”, y volviéndose hacia la mujer dijo a Simón: “¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio ha mojado con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra”. Y le dijo a ella: “Tus pecados quedan perdonados”. Los comensales empezaron a decirse para sí: “¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?”. Pero él dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”.


Reflexión:

El Señor es capaz de mirar en la profundidad de nuestro corazón y de nuestra alma. No hay nada que podamos ocultarle, porque allí, donde todos somos uno, Él lo sabe todo. ¿Por qué siempre estamos fijándonos en los demás? Que si les es más fácil, que si recibieron más, que si tienen menos penas, menos dolor, menos sufrimiento. ¡Qué sabemos nosotros de lo que anida en los corazones de nuestros hermanos!


¡Demos siempre lo mejor de lo que podamos, lo mejor que tenemos, sin mirar a quien, sin detenernos a ver si lo merece o no! ¡No somos quién para juzgar y decidir lo que cada quien merece! Fijémonos en nuestros pies, en nuestras manos, en nuestros sentidos, en nuestros pensamientos, en nuestros corazones… Escojamos siempre lo mejor, lo bueno, lo que nos hace santos…el servicio humilde, sin esperar recompensa, ni compensación, que Dios que lo ve y sabe todo, sabrá apreciarlo.


Cortejo Procesional


Solemne Entrada


Bendición

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