Segundo Domingo de Cuaresma
Domingo de la Transfiguración
Procesión de Velación de la Consagrada y Coronada Imagen de María Santísima de la Soledad, Reina de la Humanidad
Parroquia Santísimo Nombre de Jesús
“Templo la Recolección”
Guatemala
28 de febrero de 2010
Alegoría del Anda Procesional
Base Bíblica:
Jesús al ver a su Madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu Madre”. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. (San Lucas 19, 26-27)
Mensaje Procesional:
Desde el Trono de dolor y de gracia que es la cruz, Jesús nos dio a su Madre como el regalo más grande después de la propia vida inmolada del Señor.
Testamento de Cristo: el regalo de su Madre.
Jesús, así lo ha visto siempre, la tradición de la iglesia declara y deja como última voluntad de su testamento el que María ejerza de Madre con Juan, el discípulo amado en el que ha visto siempre simbolizados a todos los hombres. Jesús, desde el trono de la cruz, confía a su Madre a todos los redimidos, para que ella realice los cuidados maternales con todos los llamados a ser Hijos de Dios.
El “sí” de María incluye: el consentimiento en la encamación, su acción maternal dispensada durante toda la vida de Jesús y especialmente junto a la cruz de su Hijo, ofreciendo la víctima de salvación de los hombres en el ara de cruz. Pero ese “sí” de la encamación, de cuidados maternales en la vida privada, y de entrega maternal y martirial junto a la cruz de su Hijo, ha de ser continuado por decisión de Cristo, en la acción misericordiosa y maternal de María, ejercida primero por los hijos de la iglesia naciente y continuada desde el cielo en el cuidado amorosísimo y maternal sobre todos los redimidos.
Acoger a María como Madre, Juan la Acogió en su casa. Todo hombre, por decisión testamentaria, ha de acoger a María por Madre. El discípulo, obediente a Jesús, acoge a María, la ama y la tiene como verdadera Madre espiritual durante toda su vida.
Ámala cuanto puedas, pues por mucho que te excedas, todo es poco en su honor. Y acógela con amor fiel en tu casa, en tu grupo, en tu corazón.
“Ahí la tienes a tu Madre”
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