Viernes Santo
Solemne Procesión de la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno y Santísima Virgen de Dolores
Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes
“La Merced”
Zona 1
Guatemala
29 de Marzo de 2013
Alegoría Procesional
“Devolved al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”
Hace muchos años un niño hermoso, se agitaba sonriendo dulcemente sobre un montón de paja, hijo de una Virgen; nacía en un pesebre y estaba destinado a redimir el mundo. Este recién nacido era el Mesías anunciado por los profetas. Jesús Apareció como el ángel del bien sobre la tierra.
Su fama, sus hechos, sus milagros, corrieron de boca en boca por todas partes; hasta que un día estas palabras “todos somos iguales”, llegaron a sus oidos de los poderosos de Jerusalén. Los tiranos se estremecieron en sus palacios y buscaron al hijo del pueblo cuyas palabras empezaban a trastornar el orden de las cosas. Lo hallaron por fin, lo interrogaron y al oír la santa verdad de su doctrina, se retiraron avergonzados.
Desde entonces, en sus sueños, en sus orgías, hasta en el borde de la rebosante copa, vieron escritas estas palabras: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Detalle del Adorno
La alegoría del adorno, fue una clara invitación al pueblo de Dios a unirse a la meditación y a la reflexión de un examen de conciencia en este tiempo santo. Sobre catafalcos dorados, abrió las andas el demonio, sus ojos azules, extremadamente claros, tienen algo de siniestro, y en el fondo de sus pupilas brillaba la pavorosa luz del rayo. Es hermoso, pero en su hermosura hay algo infernal. En su expresión se pintaba la desesperación, la ira.
Su traje fue simplemente una túnica y manto negro sujeto a la cintura por una correa, iba descalzo. Era el arcángel más hermoso del cielo; el resplandor del sol brillaba en su frente, la sonrisa del crepúsculo oriental en sus labios; pero un día se reveló contra Dios y su soplo vengador le lanzó desde las alturas del cielo a los abismos malditos de la tierra.
Portó una insignia romana, un estandarte que pertenecía a las centurias, este estandarte estuvo constituido por el águila, bajo la inscripción de SPQR, por ultimo las insignias en forma de círculo, significaban el número de centuria que correspondía a la cohorte correspondiente. El gesto de Jesús ya clarificador. Sus adversarios vivieron esclavos del sistema, pues al utilizar aquella moneda (insignia) acuñada con símbolos políticos y religiosos, están reconociendo la soberanía del emperador. Jesús es diferente, él vive de manera pobre, pero libre, dedicado a los empobrecidos y excluidos del imperio; él no está bajo el imperio del César, ha entrado en el reino de Dios.
Desde esa libertad proclama su postura: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, su mensaje es sencillo: “Si os estáis beneficiando del sistema y colaboráis con Roma, cumplid vuestras obligaciones con los recaudadores y “devolved” al César lo que viene de él, pero que nadie deje en las manos del César lo que solo pertenece a Dios.
Este día en la alegoría no hubo monedas que representaran el poder del César. Que mejor símbolo evidente para descubrir la mentira, la calumnia y la maldad que mostrar al pueblo devoto de Guatemala las joyas y la corona de la Virgen de las Mercedes recientemente recuperadas, y que fueron sustraídas de su templo hace más de un año. Lo que la mano e inteligencia del hombre no pudo resolver fue únicamente solución y obra de Dios. Jesús lo había repetido muchas veces; los pobres son de Dios, los pequeños son sus hijos predilectos, nadie ha de abusar de ellos. Ni el César representado por la vanidad, intriga y pobreza espiritual de algunos pudo impedir que la reputación de un sacerdote, en este caso el párroco de La Merced, fuese dañada.
En el centro del anda y en precioso catafalco dorado se encontró la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Merced, quien este año estrenó túnica color azul marino bordada en oro, conmemorativa al bicentenario de La Parroquia; por eso en el diseño aparecen los leones característicos de la Merced. Los escudos mercedarios y jesuitas representaron a las dos órdenes religiosas que han tenido a su cargo la iglesia desde su construcción en 1813 hasta el 2013. Lo complementaron cuatro ángeles, hermosos adolescentes, de cuyas vestiduras salieron raudales de luz. Emisarios de la bondad inagotable de Dios. Sus rostros llenos de tanta majestad y toda su persona manifestaron un aire divino.
Representaron las virtudes cardinales que tienen un papel fundamental. Por eso se les llama “cardinales”; todas las demás se agruparon en torno a ellas. Estas son: la prudencia, la templanza, la fortaleza y la justicia.
La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica para discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y elegir los medios adecuados para realizarlo. Fue representada por un ángel con dos caras. Estuvo mirándose en un espejo que sostuvo con una mano, mientras una serpiente se le enrollaba a otra. Los dos rostros simbolizaron la capacidad de considerar tanto las cosas pasadas como las cosas futuras, y el acto de mirarse en el espejo a la hora de tomar decisiones, significó conocimiento de si mismo, sobre todo de los propios defectos.
La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Representada por un ángel que sostuvo una rama de palma y un freno. La palma es una planta que nunca se dobla por mucho que se le someta a fuertes pesos, levantándose siempre; y el freno hizo referencia al dominio de las pasiones.
La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Se personificó como un ángel vestido con armadura con una túnica de color leonado, que sostuvo un escudo, y aludieron a la capacidad de hacer frente a las pasiones. Dicho escudo llevó un león porque es uno de los animales que mejor representa esta virtud.
Y cerró las andas…
La justicia, que es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. Retomó el mensaje del inicio del anda misa: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Fue representado por un ángel de aspecto virginal, muy bello, manto dorado, que sostuvo en una mano una espada desnuda mientras que con la otra sujetó una balanza. El color dorado le otorgó condición de realeza, a veces destacada por una corona. La balanza pesa las buenas y malas acciones. La justicia marca la pauta de todas las cosas, mostrándose con la espada la sentencia que aguarda a quienes delinquieron.
En esta ocasión, la espada es la misma que el Sr. Presidente Rafael Carrera obsequiara a la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de La Merced y lo nombrara Coronel del Ejército de Guatemala, Frente a la Plaza Mayor, con los honores respectivos en 1856. Implorando su protección y bendiciones, previo a la partida a la batalla para expulsar a los filibusteros que habían invadido suelo centroamericano en la vecina Nicaragua, de la cual regresaron triunfadores.
Momentos Antes de Iniciar la Procesión
El Estandarte
Solemne Salida
Iniciando su Recorrido
Detalle del Adorno
Imágenes Acompañantes
San Pedro
Jesús de la Columna
Jesús del Pensamiento
Jesús Lacerado
La Verónica
Jesús Nazareno de la Merced
Ver Segunda Parte:
Virgen de Dolores
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